No se quién es el presidente en Canadá,
ni el de Mexico,
en realidad no se quién es el presidente
de ningún país de América Central.
Tampoco recuerdo el presidente de Brasil,
ni el de Paraguay.
El de Uruguay se que es un viejecito entrañable
más honrado y bonachón que cualquiera
con una historia la mar de interesante,
pero poco más.
Tampoco conozco el presidente de Chile y,
pegando un salto,
tampoco se quién es el presidente de Colombia.
Toda una América de esperanzas y presidentes
que no salen en las noticias.
Ojalá, eso si es verdad, con Obama
los Estados Unidos dejen de ser un país
de políticas imperialistas, asesinas,
xenófobas y prepotentes,
ojalá pagara precios justos por sus combustibles
y materias primas
en vez de hacer guerras por ellos,
ojalá dejaran de creerse los poderosos de ese país
que son la salvaguardia de los principios morales,
las libertades y los intereses de Dios sobre toda la tierra.
Pero tenemos la sensación de que
lobbies más poderosos hay que él.
¡Ánimo valiente!
Si hablamos de presidentes negros, por qué no,
en Kenia Goodluck Jonathan y su parlamento están a punto de darle
¡por fin! un escarmiento a Shell por toda la contaminación
en sus tierras vertida y jamás limpiada,
tierras contaminadas por hidrocarburos
de tuberías que gotean impunemente
y petróleo que saquean.
Y eso no sale en las noticias.