Francia dice sí a las corridas.
Yo también, ¡que coño!
De una de ellas vine y a ellas me dirijo,
corridas vitales como germen de la vida,
corrida dentro, corrida fuera,
millones y millones de corridas
como acto vital irrechazable,
como necesidad natural placentera.
Cuando alguien me dice alarmado
¡siete mil millones de humanos
pueblan la faz de la tierra!
yo pienso en siete mil millones de corridas dentro,
¡que alegría!
Hay corridas más elegantes y más cerdas,
hay corridas denunciables e inmorales,
hay corridas por distintos motivos
y correrse nunca es perder el tiempo,
hay disciplinas tántricas que las evitan,
¡también es una opción!
El caso es que están en todas partes
y nos rodean.
…
…
Ah, ¿qué se refería a las corridas de toros?
¡Esas no, ni hablar,
en Francia deben estar volviéndose locos!